Los errores más comunes que se cometen con los grifos de ducha
La ducha es una de las acciones que repetimos día a día y en las que llevamos a cabo una serie de hábitos en la mayoría de los casos incorrectos. De hecho, dejar los grifos de ducha abiertos durante todo el baño, es el primer error que muchas personas cometen.
Otro error a evitar, es utilizar agua muy caliente durante la ducha, ya que puede dañar nuestra piel y nuestro cuero cabelludo. Además, el agua excesivamente caliente no es beneficiosa para la circulación de la sangre.
También se deben evitar las duchas excesivamente largas, porque resecan la piel en exceso. De hecho, la OMS recomienda que la duración de las mismas sea siempre inferior a cinco minutos.
Por otro lado, lo más recomendable es utilizar geles con PH neutro, para no romper la protección natural de nuestra piel y así evitar que nuestra piel se reseque con más facilidad
Para enjabonarnos de una manera correcta, siempre deberemos cerrar los grifos de ducha mientras lo hagamos. De este modo, evitaremos derrochar tanto agua como jabón. Y, una vez enjabonados, deberemos prestar especial atención a la hora de aclararnos para que no quede ningún tipo de resto de jabón en la piel o en el pelo.
Finalmente, una vez terminada la ducha, conviene pasar por agua los grifos de ducha para eliminar cualquier tipo de residuo que pueda quedar y mantenerlos limpios.
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